Programadores: «O apagamos, o pagamos»

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A muchos niños les cuesta dormirse con las luces apagadas… ¡y a muchos mayores también!
¿Va a entrar alguien en casa cuando todo el mundo duerme? ¿Va a venir el coco por la noche? El Coco no, pero va a venir la factura de la luz. Una manera práctica y eficaz de combatir a un temor y al otro es usando programadores (o temporizadores).

¿Por qué usarlos?

Si hay algo cierto en temas de electricidad es que «o apagamos, o pagamos». Podemos
conseguir un ahorro considerable teniendo la seguridad de apagar las luces y los aparatos durante los periodos en los que no los usamos.

Los programadores son unos pequeños dispositivos que se conectan a los enchufes para regular cualquier aparato que se conecte a ellos. Es decir, es como un ladrón de un sólo enchufe, pero en él encontramos un disco de púas (que representan las horas del día) con el que podemos delimitar las horas en que queremos que un aparato funcione. Así de fácil y sin olvidarnos nunca.

El programador, mediante su reloj, dejará pasar o no la electricidad en función de si la hora está marcada en el disco de púas o no. En caso que esté marcada, el programador hará llegar la electricidad a nuestro aparato y, en caso contrario, anulará el enchufe. Los programadores más modernos incorporan, en vez de las púas, una pantalla digital, de las que tanto nos gustan.

De éste modo controlamos mejor el tiempo en que un aparato está en funcionamiento y así su eficiencia. Y cuantos más enchufes dotemos de programadores, mayor será el ahorro que veremos en nuestra factura. Es ideal para todo tipo de periodos, según nos permita nuestro programador: una noche entera, fines de semana seguidos, unas vacaciones…

¿Cómo usarlos?

Los usos más habituales son en enchufes para lámparas, las cuales simulan actividad en una casa cuando ésta no está habitada, o las luces de un jardín al anochecer, pero hay más posibilidades. La regulación térmica o lumínica de una habitación con plantas, por ejemplo, se puede controlar con un programador en el climatizador. Podemos convertir fácilmente una mini-cadena en un melódico despertador, como ya se hace en muchas bibliotecas cuando se acerca la hora de cerrar. Podemos… Las posibilidades son infinitas.

Sin ir más lejos, el sistema de encendido y apagado del alumbrado público se regula en usando un sistema centralizado basado exactamente en el mismo concepto que los programadores pero a gran escala.

Si se usan bien, pueden ser grandes aliados con el ahorro en nuestras facturas. ¿Y vosotros? ¿Ya usais programadores en casa?