Casas pasivas: La eficiencia de la arquitectura pasiva

La arquitectura pasiva es algo así como la piedra angular de la eficiencia energética y uno de los trucos para ahorrar luz más efectivos. ¡Descúbrela!

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Porque a ahorrar se empieza por no gastar, hoy contamos con la colaboración de Certicalia, una compañía especialista en certificados energéticos para viviendas que nos explicará todo sobre estas construcciones.

 Orígenes de la arquitectura pasiva

Este tipo de arquitectura se centra en el diseño de edificios que priorizan la eficiencia energética, aprovechando la energía solar, adecuando la construcción al entorno y disminuyendo al máximo el impacto ambiental.

El movimiento de creación de casas pasivas nació en los años 70, pero fue en la década de los años 90 con la creación del estándar alemán Passivhaus cuando en todo el mundo empezó a aumentar la construcción de este tipo de viviendas.

Actualmente parece que la sociedad está empezando a concienciarse realmente sobre la importancia de vivir en edificios y viviendas eficientes con un bajo consumo energético (o casi nulo), por lo que en España cada vez podemos encontrar más viviendas construidas con este fin. En nuestro país son los programas HULC, CERMA y CE3X los que se utilizan para la medición de la eficiencia energética en edificios.

¿En que consisten las casas pasivas?

Gracias a la rehabilitación energética estamos consiguiendo mejorar la eficiencia energética de las viviendas españolas, pero para que una vivienda sea una casa pasiva y consiga una calificación energética A, que es la nota de las más eficientes, es necesario tener en cuenta la eficiencia en el diseño previo y comenzar por la fase de la construcción.

Teniendo esto en cuenta y aunque la construcción de este tipo de viviendas sea probablemente más cara, podemos recuperar esta inversión inicial en poco tiempo gracias al ahorro energético del que disfrutaremos.

Dicho esto, ¿qué es lo más importante que se debe tener en cuenta al construir casa pasiva?

  • La orientación.
  • La exposición a la luz solar.
  • La ventilación natural cruzada.
  • Un aislamiento adecuado que al mismo tiempo permita una buena circulación del aire.

Aislamiento de la vivienda

El aislamiento térmico es uno de los factores más importantes en el diseño y construcción de una vivienda.

Para mantener el confort térmico en el interior de la vivienda se necesita utilizar instalaciones de calefacción y refrigeración que pueden llegar a suponer el 50% del consumo energético total de una vivienda.

Un buen aislamiento térmico exterior ayuda a paliar las pérdidas de calor en invierno y el exceso de calor en verano, es decir, ayuda a mitigar los efectos del clima. Esto mejora el confort interior de la vivienda y por tanto, disminuye el gasto en calefacción y refrigeración.

El aislamiento térmico exterior debe ser continuo, es decir, debe envolver todo el conjunto vivienda, desde las fachadas hasta las cubiertas y suelos, evitando los puentes térmicos.

Los puentes térmicos son saltos en la continuidad de este aislamiento exterior, como pueden ser las ventanas, los frentes de los forjados o los suelos en contacto con el terreno o espacios enterrados.

En las viviendas pasivas, el aislamiento térmico exterior alcanza gran importancia, usando materiales de espesores que pueden llegar a los 20 cms.

La importancia de la orientación y la luz

El aprovechamiento de la luz natural, gracias a una orientación óptima, puede suponer un gran ahorro.

Gracias a unas ventanas adecuadas, en invierno se aprovecha al máximo la luz del sol, tanto para calentar la vivienda como para sacar el máximo partido a las horas de luz.

Por el contrario, en verano, habrá que disponer de protecciones solares que permitan el paso de la luz natural evitando el sol directo al mismo tiempo.

La electricidad en la arquitectura pasiva

La arquitectura pasiva tiene dos objetivos respecto a la energía, uno es intentar disminuir su uso (incluso eliminarlo) y el otro conseguir que el poco uso de electricidad del que no se pueda prescindir se base en energía verde.

Lo ideal  en estas viviendas es que apenas se utilicen sistemas de calefacción o refrigeración pero cuando son imprescindibles se usan equipos alimentados por fuentes de energía renovables.  Por ejemplo, placas solares fotovoltaicas para la producción de electricidad o sistemas solares térmicos para la producción de agua caliente sanitaria. En zonas de inviernos muy fríos, donde el uso de calefacción  se vuelve imprescindible, pueden utilizarse estufas de biomasa (aprovechamiento de un conjunto de materias orgánicas de origen vegetal) para calentar la vivienda.

Hasta aquí los básicos de este gran ejemplo de arquitectura sostenible de la mano de Certicalia, ¡encantados de haber podido contar con ellos como expertos en eficiencia energética!

Y si quieres comentarnos algo sobre el tema o te ha quedado alguna duda, te esperamos en comentarios.

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